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Wearables o dispositivos que permiten monitorizar la salud

Contar el número de pasos que se realizan al día, conocer el ritmo cardíaco o simplemente conocer la calidad del sueño, son algunas de las cosas que podemos hacer con nuestro teléfono móvil. En la actualidad, un reloj o pulsera, además de proporcionar la hora, aporta otro tipo de información, como el ritmo cardíaco o la presión arterial. Los wearables, nombre con el que se conoce a este tipo de dispositivos, ofrecen información útil sobre el estado de salud de los usuarios.

 

¿A qué nos referimos cuando hablamos de wearables?

Un informe del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad define a los wearables como el “conjunto de aparatos o dispositivos electrónicos que se colocan en el cuerpo e interactúan con el usuario realizando una acción específica”. El término wearable proviene del inglés y significa “llevar puesto”.

Estos dispositivos inteligentes se caracterizan, principalmente, por estar encendidos de manera ininterrumpida (no necesitan encenderse o apagarse). Además, no requieren la interacción del usuario para su funcionamiento. Esto permite que las personas puedan llevarlo mientras realizan otras tareas.

Existe una amplia gama de wearables que pueden aplicarse en el ámbito de la salud, deporte, entretenimiento, industrial o incluso militar. En el sector sanitario, los wearables están enfocados principalmente a la monitorización y registro de parámetros o indicadores de salud como son la presión arterial, el ritmo cardiaco o, incluso, los niveles de glucosa en sangre.

 

¿Qué ventajas aportan los wearables a la salud?

El uso de los wearables es cada vez más popular. Su tamaño reducido y su accesibilidad contribuyen a que cada vez más personas opten por adquirir este tipo de dispositivos. Las principales ventajas que aportan los wearables en la salud son:

  • Seguimiento y monitorización de parámetros relevantes. Los valores aportados por los wearables presentan cada vez mayor fiabilidad, hasta el punto que muchos cuentan con la aprobación de la comunidad científica. En la actualidad, estos dispositivos son prescritos o recomendados por profesionales médicos en patologías como las cardiovasculares.
  • Mejor comprensión y concienciación. Los dispositivos wearables han facilitado una mejor comprensión de parámetros relevantes en nuestra calidad de vida, por ejemplo, la calidad del sueño.
  • Contribuyen a la figura del paciente experto. Al disponer los usuarios de mayor información sobre su salud, este tipo de dispositivos también ha propiciado un mayor autocontrol por parte de los pacientes.
  • Promueven hábitos de vida saludable. 8 de cada 10 usuarios de wearables afirman que estos dispositivos han mejorado su estilo y calidad de vida. Al estar más concienciados con aspectos como su calidad del sueño, propician las condiciones necesarias para que este sea de calidad y reparador.
  • Adherencia terapéutica. Los pacientes que usan wearables presentan tasas de cumplimiento terapéutico y estilo de vida saludable más elevadas.
  • Los registros que hacen estos dispositivos permiten compartir información con el médico, favoreciendo, por tanto, la comunicación médico-paciente. Según el ONTSI, 4 de cada 10 usuarios de wearables comparten la información con su equipo médico.
  • Esa monitorización constante favorece la detección de posibles alteraciones y por tanto, contribuyen al diagnóstico precoz de ciertas patologías.
  • La facilidad de uso y la accesibilidad que proporcionan los wearables permiten optimizar el abordaje de pacientes crónicos o personas mayores.
  • Accesibilidad. Los wearables se incluyen dentro de lo que se conoce como “EHealth”. Estos dispositivos, junto con otras nuevas funcionalidades como la historia clínica digital o la teleasistencia, permiten a los pacientes disponer en todo momento de todo lo referente a su estado de salud.

 

Tipos de wearables en salud

La tecnología wearable suele tener un aspecto similar a un reloj o prenda de vestir. Los  wearables que a día de hoy son una realidad son:

  • Relojes y pulseras inteligentes. Son los más extendidos. Según un estudio internacional, 6 de cada 10 usuarios de wearables tienen un complemento de este tipo. Su aspecto es similar al de un reloj o pulsera. Permiten registrar parámetros de manera continua tales como el número de pasos realizados, las calorías quemadas, el ritmo cardíaco o la calidad del sueño. Índices muy valorados por los usuarios.
  • Las gafas inteligentes . Facilitar la visión a personas que presentan algún tipo de alteración visual es uno de sus usos más conocidos, pero también se está estudiando su aplicación en intervenciones quirúrgicas.
  • Sensores. Adheridos al cuerpo, los sensores permiten un registro y monitorización de ciertos rangos o funciones vitales. Un claro ejemplo son aquellos sensores que miden los niveles de glucosa en sangre. Esto permite a los pacientes diabéticos un adecuado seguimiento de sus niveles de azúcar en sangre.
  • Otro tipo de wearables,  menos habitual  es la ropa inteligente. Este tipo de prendas ofrece ventajas como la monitorización de constantes vitales o, incluso, facilitar la movilidad de quien la porta.

 

Recuerda que:

  • Los wearables son dispositivos inteligentes que realizan una acción específica mientras el usuario los lleva puestos, de ahí su nombre.
  • En el ámbito de la salud, los dispositivos wearables permiten monitorizar, registrar y compartir parámetros o índices relacionados con la salud (presión arterial, ritmo cardíaco, etc.)
  • Su uso está cada vez más extendido y aporta beneficios como son una mejora de la calidad de vida o un mayor autocontrol por parte de los pacientes.
  • Los wearables más habituales son los relojes o pulseras inteligentes, pero también están las gafas, los sensores o prendas inteligentes.
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