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Automedicación: cuando hacemos un uso incorrecto de los medicamentos

Los medicamentos son esenciales en el abordaje de las enfermedades. Sin embargo, es necesario hacer un uso adecuado de los mismos y evitar malas prácticas como la automedicación. El uso y consumo de medicamentos por iniciativa propia y sin una supervisión médica adecuada es lo que se conoce como automedicación.

La automedicación no está recomendada bajo ningún concepto, ya que puede acarrear implicaciones que pongan en riesgo a los pacientes. El Ministerio de Sanidad ha elaborado guías específicas con información para reducir los riesgos de la automedicación.

 

Diferencias entre automedicación y autocuidado

El concepto de automedicación, no debe confundirse con otro tipo de iniciativas lideradas por el propio paciente, como es el autocuidado.  En este sentido, es necesario definir ambos conceptos para evitar esta confusión:

  • Autocuidado. Son los cuidados que la propia persona adopta con objeto de prevenir enfermedades o sentirse mejor a nivel físico y emocional. Se refiere al uso de prácticas habituales como las relacionadas con el ejercicio físico, la alimentación o el sueño. El autocuidado, por tanto, se basa en adoptar ciertos hábitos de vida saludables y beneficiosos para el paciente.
  • Automedicación. Cuando una persona se automedica, está tomando un medicamento por su cuenta y riesgo, sin que ningún profesional sanitario le haya recomendado hacerlo o supervise su administración. La automedicación es, por tanto, un uso inadecuado de los medicamentos. Implica un grave riesgo para la salud de las personas y para el abordaje de patologías.

 

Cómo hacer un buen uso de los medicamentos

Tal y como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), hacer un uso adecuado de los medicamentos implica el empleo de la dosis correcta durante el tiempo adecuado, así como el menor coste posible para la persona afectada y la sociedad, que es lo que se denomina uso racional de los medicamentos.

El uso racional de los medicamentes no solo disminuye los posibles efectos adversos, sino que, además, supone el freno de un coste innecesario a nivel personal, social y sanitario. A pesar de todo, según la información que maneja la OMS, al menos la mitad de los pacientes hacen un uso incorrecto de los fármacos.

 

Los riesgos del abuso de medicamentos

La automedicación o el abuso de medicamentos recetados puede tener un efecto contrario al deseado. Los principales riesgos asociados a esta mala praxis son:

  • Efectos secundarios o reacciones adversas graves.
  • Pérdida de eficacia de un medicamento.
  • Interacción con otros fármacos o estilo de vida, como la alimentación.
  • Dependencia o adicción.
  • Aparición de resistencia a los antibióticos.
  • Un uso inadecuado de los fármacos puede provocar un retraso en el diagnóstico de la enfermedad por enmascaramiento de los síntomas.

En lo que respecta a la tipología, los principales grupos de medicamentos de los que se suele hacer un uso inadecuado son:

  • Fármacos para aliviar el dolor como los analgésicos.
  • Fármacos destinados a las infecciones como los antibióticos.
  • Inductores del sueño y ansiolíticos
  • Suplementos vitamínicos.
  • Otros como los antigripales o laxantes.

 

Recuerda:

  • Los pacientes deben seguir las indicaciones del médico y cumplir con la dosis y el tiempo de consumo pactados.
  • No se debe confundir con el autocuidado, entendido como la práctica de hábitos saludables físicos y nutricionales.
  • La automedicación supone un riesgo para la seguridad del paciente ya que se pueden producir efectos adversos graves o diagnostico tardío de patologías latentes.
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